El desarrollo de la ciencia y tecnología en el campo de la medicina no deja de asombrarnos: recientemente pudo conocerse una cirugía que marcaría un hito en esta rama del saber: nos referimos al implante exitoso de una prótesis vertebral fabricada con una impresora 3D.
Es común escuchar de piezas y objetos replicados gracias a la nueva aplicación de las impresoras 3D en la industria del tercer milenio. Hoy es posible copiar desde una herramienta de uso doméstico hasta incluso un automóvil.
Sin embargo, lo que pocos sabían y se ha convertido en un increíble avance en el campo de la medicina moderna es la sustitución de partes del cuerpo por medio de piezas replicadas por estas máquinas, entre las que se cuentan: prótesis robóticas, implantes cerebrales, exoesqueletos y órganos creados artificialmente.
Es así como, a finales de 2015, Ralph Mobbs, un neurocirujano del Hospital Prince of Wales de Sidney (Australia) consiguió reemplazar exitosamente dos vértebras con una prótesis fabricada a medida por medio de una impresora 3D.
Esta intervención fue practicada a una paciente de 60 años de edad que padecía una clase de cáncer que se había enquistado en la zona superior de dos vértebras del cuello y de seguir su avance hubiera significado un daño parcial de la médula espinal, comprometiendo la movilidad de las extremidades (piernas y brazos) de esta persona.
La exitosa operación demandó unas 15 horas y fue un verdadero desafío tanto para este equipo de profesionales bajo las órdenes de Mobbs como para toda la ciencia médica. Suponía trabajar a pocos centímetros de la médula, del tronco cerebral y sorteando un sinnúmero de arterias principales. Tal fue la complejidad de esta cirugía que los especialistas tuvieron que practicar una separación de la cabeza del cuello, recién entonces retirar el tumor, entonces colocar la prótesis y finalmente ubicar la cabeza en su lugar. Sin dudas, un trabajo impecable y muy bien coordinado.
Esta prótesis se diferencia de un injerto común de hueso en que ésta última es una técnica en la que se rellena o sustituye una pieza osea por otra, mientras que la prótesis implantada por el Dr. Mobbs además permite dotar de movilidad y soporte a dichas vértebras para garantizar el giro e inclinación de la cabeza y el cuello.
A partir de esta reciente noticia difundida en el ámbito científico hoy son de esperar aún más noticias auspiciosas en este campo apasionante de la medicina contemporánea.
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