El estornudo es un reflejo involuntario del cuerpo que procede cuando existe una irritación en la nariz. Es entonces cuando el cerebro manda una orden para repeler los posibles gérmenes o bacterias que podrían estar afectando a nuestro cuerpo y que finalmente son expulsadas con una violenta salida de aire y saliva o mucosidad por las fosas nasales y por la boca.
Pero que ocurre cuando nuestro rostro está expuesto a la luz brillante del sol. ¿Porque la luz del sol nos hace estornudar? Al parecer este fenómeno fisiológico no tiene vinculación con el calor sino más bien con un entrecruzamiento nervioso en una zona de muchos conductos y terminales nerviosas: en la región del quinto nervio craneal, el nervio más complejo que tiene la cabeza y del que se desprenden tres vías dirigidas a los ojos, nariz y mandíbula.
Por esta superabundancia de nervios y terminales nerviosas no es de sorprenderse que el nervio trigémino pueda presentar fallos ante el reflejo de la luz brillante. Esta provoca que nuestras pupilas se contraigan y esta señal podría ser para el cerebro una señal “falsa” que lo ponga en estado de alerta para enviar el impulso nervioso que nos provoca estornudar.
Emyr Benbow, Un medico de la Universidad de Manchester, se refirió a este curioso fenómeno denominado “foto-estornudo” allá por el año 1991 en una carta enviada al editor del Jornal Británico de Oftalmología.
El caso es que Benbow padecía de estornudos cuando pasaba de ambientes oscuros a otros iluminados y fue entonces que se decidió a realizar una investigación, la cual le arrojó más tranquilidad al descubrir que esto también le ocurría a gente común.
En realidad, los inicios de este tipo de investigaciones datan desde 1950, cuando se desarrollaron los primeros estudios por un médico francés de apellido Sedan. Este investigador descubrió que el oftalmoscopio que aplicaba para revisar la retina de algunos pacientes les causaba el estornudo. Mediante sucesivos estudios, pudo concluirse que estos pacientes también estornudaban al ser expuestos a la luz solar, al flash fotográfico e incluso a la luz ultravioleta.
No obstante fue el doctor H.C. Everett quien se refirió concretamente al “reflejo foto-estornudo” en un artículo de divulgación científica en 1964.
Pese a estos hallazgos de la ciencia aún no se sabe con precisión cual es la conexion entre la estimulación óptica y la producción del estornudo, aunque se presume que podría provenir como resultante de un proceso denominado “generalización parasimpática“, un fenómeno que tiene lugar cuando un estímulo genera la exitación de una zona del sistema nervioso parasimpatico, activando otras funciones del sistema.
Esta última hipótesis explicaría por qué al quedar expuestos a luz brillante nuestras pupilas se contraen, consecuencia de lo cual se produce secreción y congestión en la mucosa nasal y finalmente desencadena el estornudo.
Es importante señalar que el reflejo causado por la exposición a luz brillante no tan solo ocurre ante la luz solar sino también ante otras luces brillantes como por ejemplo cuando nos iluminan el rostro con una linterna o foco potente de luz brillante.
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