¿Te saltas el desayuno? Si tu respuesta es afirmativa te recomiendo que sigas leyendo este artículo. ¡Si supieras lo que le haces a tu cuerpo al dejar de desayunar seguro comenzarías a hacerlo nuevamente!
Muchas personas se “saltan” el desayuno por distintas razones. Por llevar una vida agitada, los apuros, la rutina diaria para ir a trabajar, estudiar, etcétera. Y, por otra parte, están aquellos que creen que evitando el desayuno van a bajar de peso, por hacer un “ahorro” en calorías. ¡un gran error! en realidad, hacer esto puede provocarte un efecto contrario al esperado.
Cuando no desayunamos nuestro organismo entra en estado de “alerta”. Y tras largas horas, una vez que finalmente nos alimentamos, el proceso de asimilación de los alimentos se redobla para acumular reservas para que el cuerpo pueda resistir durante las horas subsiguientes en las que no comerás.
¿Que ocurre exactamente cuando no desayunamos?
Para explicar en simples palabras cual es el proceso que se desencadena en nuestro interior al no desayunar te invito a que te imagines cómo sería un diálogo entre las distintas partes de nuestro cuerpo entre si… ¡fíjate!
Te despiertas a la mañana y tu cerebro manda a sus neuronas a preguntar ¿qué cantidad de glucosa tenemos en la sangre en este momento? El sistema circulatorio responde “Con seguridad, queda lo suficiente para abastecer al organismo por 15 minutos más como máximo”. El cerebro, pensativo, ordena entonces averiguar cuanto en reservas hay en el hígado.
El Higado responde: “solo puedo suministrar una cantidad en reservas útil para abastecer al cuerpo por otros 20 minutos.
Conclusión. Nuestro cuerpo dispone en este ilustrativo ejemplo de un total aproximado entre 250 a 300 gramos de glucosa para cubrir las necesidades fisicológicas de nuestro organismo por el espacio de poco más de media hora de tiempo. (15+20=35 minutos).
Pasado ese tiempo, todos los órganos y sistemas juntos estarán implorándote en rezos y súplicas por que se te ocurra enviarles algo de alimento, es decir, un desayuno.
Ante la evidencia de la escasez o falta de nuevo alimento se activa en nuestro organismo la cortisona, una hormona que activará un mecanismo mediante el cual las células abrirán sus puertas para liberar proteínas, las cuales serán conducidas al hígado para que éste las transforme en glucosa para ser distribuida mediante el torrente sanguíneo al cuerpo.
¿Y a qué tipo de células nos referimos? primero se destruyen aquellas que forman los depósitos en grasa, con lo cual obtenemos mayor energía. Pero luego, prosigue con las células que conforman los tejidos, como las células que forman las fibras musculares y el tejido oseo, es decir, los huesos.
En simples palabras, si dejamos que este proceso avance y se profundice estaremos “auto-devorándonos”, provocando grave perjuicio a nuestro cuerpo por los efectos de la desnutrición, pérdida de masa muscular, pérdida de poder de concentración, disminución y fallos de algunas funciones fisiológicas, entre otros posibles eventuales inconvenientes…
Lo cierto es que al no desayunar mantendremos ocupado a nuestro cerebro en estado de alerta, “rebuscándoselas” cómo hacer para encontrar ese alimento que le negamos, en lugar de ocuparse de sus funciones mentales habituales. Es por ello que perdemos poder de concentración, nos cuesta más analizar, razonar y realizar trabajos que impliquen esfuerzo intelectual.
¿Y como afecta el “no desayunar” a nuestro peso?
Negativamente. En lugar de bajar calorías las estaremos acumulando aún más debido al siguiente mecanismo: cuando pasamos el día en ayunas, nuestro metabolismo cambia y se hace más lento. Nuestro cerebro no sabe si este cambio será por pocas horas o varios días y enviará órdenes drásticas al cuerpo para acumular todo aquello que comamos en adelante.
En consecuencia, cuando almorcemos, ese alimento en lugar de metabolizarse en forma normal será almacenado creando grasa para las reservas y entonces lo que obtenemos es el resultado inverso al que estábamos esperando: en lugar de bajar habremos subido de peso.
Algunas cosas que también debes saber…
Los músculos son el alimento de tu cuerpo cuando no desayunas, ya que la hormona cortisol, que actúa durante la mañana, estimula la destrucción de las proteínas de los músculos para transformarlos en glucosa vital para energizar al organismo.
El hecho que estés durmiendo no significa que el organismo deje de alimentarse o necesitar alimento. Por eso es que al levantarnos necesitamos “reponer” combustible.
En consecuencia, para dotar a nuestro cuerpo de óptimos niveles de energía sin reducir nuestra masa muscular es muy recomendable que te alimentes con un desayuno rico en proteínas vegetales, ya que están libres de toxinas y colesterol (los cuales que puede afectar tu sistema cardiovascular).
Tu cuerpo habla pero en un lenguaje distinto a las palabras. Si le falta algún nutriente te hará saberlo mediante el deseo de consumir tal o cual alimento. Escuchalo y no lo castigues. Sirvete un rico y nutritivo desayuno cada mañana y prolongarás tu salud por muchos años!
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